Nuestros pequeñines han disfrutado mucho con una actividad muy divertida, que consistía en hacer su propio «zumo de uva». Primero han trabajado la motricidad fina, desgranando las uvas una por una con sus manitas, y las han echado en un barreño. Después se han quitado solitos los zapatos y calcetines, para poder pisar las uvas, trabajando así la percepción sensorial y pudiendo experimentar la textura de las uvas con sus propios pies. Una vez limpios sus piececitos se han calzado ellos mismos. Finalmente hemos colado la pulpa de las uvas, y la hemos puesto en vasos, para acabar brindando todos juntos (aunque no nos hemos bebido el zumo, por motivos de higiene). Ha sido un juego simbólico de experimentación y disfrute que ha resultado muy divertido para ellos.