La natación es uno de los deportes más aconsejables para realizar durante el embarazo y prácticamente no presenta ningún riesgo si se practica de forma controlada. Estos son algunos de los beneficios que te proporciona esta actividad:

• Sensación de ligereza e ingravidez. Mejora el descanso.
• Mejora el sistema cardiorrespiratorio.
• Proporciona tonicidad a los músculos, ejercitando los brazos, espalda, faja abdominal y piernas.
• Ayuda a controlar tu peso, a sentirte ágil y activa de forma divertida.

• Mejora la circulación de retorno evitando la sensación de piernas cansadas y la hinchazón.
• El medio acuático ofrece la posibilidad de adaptar totalmente el ejercicio a la condición física o necesidades de cada mamá ya que no implica carga ni impacto articular.

Los beneficios de practicar matronatación junto a tu peque son tanto para él o ella, como para ti:

• Fortalecimiento del vínculo de apego entre el pequeño y su progenitor.
• Diversión y confianza: descubriremos a través de diferentes juegos y actividades la capacidad tan asombrosa que tienen nuestros peques para evolucionar en el agua y perderemos un poco “el miedo” para dejarles actuar de forma autónoma, lo que favorece también la confianza del peque en sí mismo y encamina una buena autoestima.
• Moverse dentro del agua les supone un esfuerzo físico que mejorará notablemente la calidad del sueño, su descanso… (¡y el vuestro!) y también les abre el apetito.

• Actividad con beneficios globales a nivel psicomotor: Trabajo de la motricidad gruesa implicando todos los grandes grupos musculares para desenvolverse en el agua, trabajo de motricidad fina, ya que utilizamos distintos materiales para que manipulen durante la actividad y generamos estímulos que ayudan a desarrollar conceptos como la visión espacial o el de permanencia de los objetos, por lo que a nivel cognitivo también obtenemos un notable desarrollo.
• Fortalecimiento del sistema cardiorrespiratorio. La matronatación es un ejercicio, y como tal, fortalece el corazón y los pulmones. Esto además supone un buen hábito que adquirir a lo largo de su vida (hacer deporte).
• Ayuda al sistema inmunológico.
• Socialización. Durante la actividad, los bebés se relacionan tanto con el adulto que les acompaña, como con otros bebés, lo cual es muy beneficioso para ellos.
• Contacto positivo con el agua. Cuando los bebés son tan pequeñitos, durante el primer año, la relación con el medio acuático es excelente para ellos porque aún mantienen un recuerdo de lo que fue su vida en el vientre materno, donde también flotaba en el líquido amniótico. Esto hará que posteriormente encaren con una buena actitud futuras posibles clases de natación y aprendizajes en el agua.